Creo que sólo los científicos pueden comprender el universo.

Creo que sólo los científicos pueden comprender el universo.
Isaac Asimov que estás en los cielos...( o en algún agujero negro )

martes, 20 de abril de 2010

MADRE NO HAY MÁS QUE UNA

Esta mañana he salido
con el rimmel medio corrido.

Cole, prisas, madrugones,
desayuno con tostadas
el queso no me dio tiempo.

La dieta mediterránea
para quien tiene mucama,
que mientras unto el tomate,
peino a un niño,
visto al otro,
saco a pasear al perro,
termino como un cencerro.

Me pinto un ojo, y el otro
me lo dejo siempre a medias.

Y, al llegar a la oficina
siempre hay recochineo.
¿Qué ? , ¿ noche de canchondeo ?

sábado, 17 de abril de 2010

LA VERDADERA HISTORIA DE LA CONQUISTA DE LA LUNA



En los años 60, los americanos y los rusos competían ferozmente para ver quién conseguía llegar el primero a La Luna.

Se presentó un problema muy grave: los bolígrafos convencionales no escriben en ausencia de gravedad y no se podían tomar notas durante el vuelo.

Los yanquis invirtieron meses, millones de dólares y pusieron a sus mejores cerebros a trabajar en el problema y consiguieron solucionarlo: inventaron la tinta de gel.

Los rusos decidieron llevar lápices.

Esto cabreó tanto a los americanos que decidieron poner en marcha la operación “ Columbus “.

Pensaron en algún país atrasado, con gobernantes fáciles de sobornar para poder llevar a cabo sus experimentos sin ser molestados.

Después de mucho buscar, instalaron su base de operaciones en España, al lado de la playa de Palomares.

Tuvieron algunos problemas para entenderse con los lugareños y se les escapó un poco de uranio radiactivo al trasladar el equipo. Se murieron todos los peces, y los pájaros se caían como piedras de los cables de la luz, y entonces la gente empezó a murmurar.

Pero en la playa de Palomares ya tenían experiencia en estas cosas.

Cada vez que caía alguna bomba atómica al mar, o había algún escape tóxico o radiactivo, mandaban a un señor muy gordo, un tal Manuel Fraga, a darse un baño ataviado con una especie de carpa de circo que atraía todas las miradas.

Le hacían fotos para las revistas. Salía en todos los canales de televisión, es decir, en los dos canales que había, y asunto arreglado.


Lo que planeaban los americanos era construir una nave capaz de llevar a bordo una tripulación y alunizar con éxito. Y efectuar el lanzamiento desde la playa, porque así, si algo salía mal, no tendría mucha repercusión.


El problema es que los rusos ya habían mandado una nave con la perra Laika a bordo, y, aunque las malas lenguas dicen que Laika no murió por el despegue, si no que se les olvidó ponerle agua, los yanquis no podían aguantar la envidia.


Con el follón del escape de Uranio, no había muchos voluntarios para formar parte de la tripulación, vamos, que no había ningún voluntario, así que no tuvieron más remedio que echar mano de la población local.

No parecía muy difícil.

Sólo necesitaban:

  • Un físico nuclear especializado en fisión

  • Un programador informático de nivel 5.

  • Un ingeniero en telecomunicaciones.

  • Un guía espiritual

  • Un ingeniero electrónico diseñador de circuitos.


Pero con las prisas, el calor y en España en los años 60, lo que encontraron fue:

  • Un profesor de ciencias de 8º de E.G.B de un colegio rural

  • Una señora de Lugo de 68 años que manejaba muy bien el ábaco y también hacía encaje de bolillos.

  • Un cura de pueblo que acababa de llegar de Woodstock porque se equivocó de bus al ir a oficiar una misa en Móstoles.

  • Un radio-aficionado que tuvieron que sacar de la cárcel que había sido detenido porque arrastraba sospechosamente las “ eses “.

  • Un mecánico de un taller de coches, muy bueno, eso sí, porque además de los SEAT 600, ya le estaba metiendo mano a los SIMCA 900.


¡Menos da una piedra!, debieron pensar los yanquis, o, como dicen ellos,

less give a stone”, y con esa tripulación se realizó el primer alunizaje de la historia, vamos, el verdadero.

Bajar no pudieron bajar, pero ¡vaya que si llegaron!. Y en mucho menos tiempo del previsto, porque la abuela gallega añadió un poco de licor de orujo de hierbas al combustible y aquello alcanzó una velocidad que a día de hoy no ha podido volver a repetirse.

Lamentablemente, nadie confiaba en el éxito de la misión.

La única bandera a bordo era la bandera republicana que llevaba el radio-aficionado por si las moscas.

Y tampoco tenían trajes para salir al exterior, así que fue un viaje de ida y vuelta sin parar ni para mear.

En cuanto volvieron a la Tierra, salieron todos zumbando de la nave sujetándose la entrepierna, buscando desesperadamente un sitio para aliviarse.

Los americanos aprovecharon el momento y desmontaron la nave a toda pastilla. No dejaron ni rastro de su presencia en nuestro país, salvo, quizás alguna secuela sin importancia en la forma de hablar y andar del señor Fraga, pero todo el mundo lo achacó a su dedicación al país.

Por eso se llevaron todo el mérito cuando, meses más tarde, Neil Armstrong estampó su huella en la luna, cual Marilyn Monroe en el paseo de la fama de Hollywood.

Vale, ellos fueron los primeros en pisar la Luna, pero por muy poco.

Si tan sólo se hubieran llevado a Fraga...

Hubiera sido capaz de aguantar la respiración y salir al exterior sin traje y sin gaitas.

Y esa si que hubiera sido una buena huella, vamos, una huella que no la borraba ni un meteorito.


viernes, 16 de abril de 2010

CONTIGO PAN Y CEBOLLA







Contigo pan y cebolla,

me dijo mi novio un día.


Yo me lo creí, ¡ qué boba !.

Nunca he visto la cebolla.


El pan lo traían los niños,

se supone, bajo el brazo.


Serán los de los demás.

Los míos se lo comieron

antes de venir al mundo,

porque no había ni rastro.


Ahora me piden galletas,

y bizcochos y phoskitos,

y si me los llevo al super,

alargan la mano y cogen

lo que tienen a su alcance.

¡ No son listos los de marketing !.


Siempre llegan a las chuches,

los helados, chocolates,

yogures y golosinas.


Y de mi novio ni huella.

Fue un día a comprar cebolla.


Se fugó con la frutera.

¡ Si ella supiera !


BATALLITAS

Las últimas inundaciones provocadas por la gota fría han resultado catastróficas, el número de muertos asciende a ...”


  • ! Bah !, en el telediario no dicen más que tonterías. Eso de la gota fría no son inundaciones ni nada. Cuando yo estuve en el frente...


  • Jolines, abu, deja ya lo de la guerra, hombre, que eso pasó hace como mil años por lo menos.


  • ! Qué sabrás tú!, ! Esta juventud!. En mis tiempos había más respeto a los mayores, a mi todo el mundo me llamaba Don Fermín.

  • Que si, yayo, que no me cuentes batallitas. Me abro, que llego tarde al Insti. Chao, vieja.


  • ! Será posible!, este mocoso necesita un correctivo. Si me lo dejaras a mí...


  • Vaaaale, papá, tengamos la fiesta en paz que Marquitos sólo tiene 16 años.


  • Pues yo, a su edad, ya llevaba 2 años trabajando y cortejando a tu madre, que en paz descanse. En mis tiempos podíamos con todo y ni se nos pasaba por la imaginación levantarle la voz a nuestros mayores, porque eso hubiera sido...


  • Ya, ya, papá, pero los tiempos han cambiado, y hala, vete ya a jugar la partida, que tengo millones de cosas que hacer.


Y como todos los días después de desayunar, el abuelo se fue dando un portazo. Seguramente se iría al bar y estaría jugando al mus hasta la hora del aperitivo y luego daría un paseo por el parque con sus antiguos camaradas, bueno, los que quedaban vivos que cada año eran menos.


Y como todos los días, Ana María se quedó sola con su segundo café y toda la casa por limpiar. Tan sola como se había quedado diecisiete años antes cuando su novio de entonces, Marcos desapareció de la noche a la mañana y nunca más supo nada de él.


Ni ella, ni sus futuros suegros, ni la policía, nadie.

Todo el mundo le echó la culpa por quedarse embarazada tan joven.

Decían que Marcos había huído porque no quería hacerse cargo, pero Ana María no se creyó nunca esta historia porque no fue ningún descuido.

Los dos lo deseaban y decidieron de mutuo acuerdo tener un hijo para que los dejaran casarse, ya que ambos eran menores de edad.

Pero nadie la creyó.


Aunque eso ahora no importaba, porque ya estaba harta, así que hoy iba a ponerle doble dosis de cianuro en la sopa de su padre porque el viejo seguía como una rosa.

Y eso que ya llevaba un mes envenenándolo.


Entretanto, Don Fermín había ido calle abajo hasta el bar, lo había pasado de largo y luego había girado a la izquierda hasta llegar a una casita en ruinas.


Era su secreto.


Había heredado la casita de sus abuelos pero nunca se decidía a arreglarla porque así llamaba menos la atención.


Sólo una vez tuvo que hacer una pequeña obra, pero no le había quedado más remedio.


Con el paso de los años el falso tabique se diferenciaba muy poco del resto de la construcción.


Había tenido mucho cuidado de conseguir el tono exacto al pintarlo y luego le había dado una pátina para conseguir un efecto envejecido.


Con aire melancólico, Don Fermín levantó una piedra suelta del suelo y sacó una medalla primorosamente envuelta en un paño de terciopelo rojo.


Sin dejar de suspirar, comenzó a acariciarla y su mente viajó diecisiete años al pasado.

No podía olvidar al amor de su vida.

Su tez morena, sus rizos, que le daban ese aire tan angelical, ese torso tan suave, sus brazos bien torneados.


! Era tan joven ! ! Podrían haber sido tan felices !


¿ Por qué tuvo que empeñarse en seguir con Ana María ?


Y encima la dejó embarazada.

Ya no le quedaban esperanzas.

No tuvo más remedio que matarlo.

Luego le quitó cuidadosamente la medalla y la guardó para tener algo con qué recordarlo y después lo emparedó.

AMOR DE MADRE

! Mamá !, pero ¿ todavía estás así ?.

Mira, no empecemos, que tengo ahí los papeles de la residencia y como me toques las narices...

Eso es, bonita, muy bien. Así me gusta. Primero una manga y luego la otra. Y ahora los botones.

Perdona lo de antes, es que casi es la hora y ya sabes que me pongo nerviosa.

¿ Qué peluca quieres hoy ? ¿ la castaña ?. No, creo que la de mechas ceniza te queda más natural. Así, un poco despeinada. Recuerda que el mes pasado tuviste la gripe.

Bueno, y ahora el maquillaje.! Pero colabora un poco, coño !. Si no te estás quietecita no me sale la raya.

Vale, ya está. Y ahora a la mecedora que está a punto de llegar el cartero.

! Ding Dong !

! Ah, ya está aquí !. Espera que te seque un poco la pechera. Vamos a tener que pensar algo porque ya está llegando el calor. Así con la toquilla no se nota..

! Ya voy !

  • Buenos días, Sr. Fernando. ¿ Ya ha pasado un mes ?. Como casi no salgo llevo un despiste...

  • Pues si, ya es día 5, Sra. Maruja. Aquí le traigo el talón de su madre. ¿ Cómo lleva la gripe ?

  • Pues ahí la tiene usted, como una rosa. La verdad es que es una santa, la pobre. No se queja por no molestar. Le enchufo la tele y está como a misa, pero pase, pase usted.

    Mamá, mamá ! Despierta !. Es que se está quedando un poco sorda, la edad, ya sabe.

  • No mujer, no la moleste, si ya la veo desde aquí y además veo que acaba usted de fregar el suelo y mi mujer me tiene muy bien enseñado.

  • Como usted quiera, hace diez minutos estaba ahí charlando sin parar y eligiendo la peluca, que la coquetería no la pierde, y ahora se ha quedado frita.

  • Ya llegaremos nosotros a su edad. Hay que tener paciencia.

  • Y usted que lo diga.

  • Bueno, pues nada. Firme aquí y tenga el talón que esto de estar pluriempleado a veces tiene sus ventajas. Como llevo el tema de los seguros y el correo, en ocasiones como esta me ahorro un viaje. En el caso del pago de pensiones la compañía sólo me exige que compruebe que el asegurado sigue entre nosotros, así que ya traigo el talón y así no tengo que volver. Estoy seguro de que si algo le ocurriese a su madre, Dios no lo quiera, usted me avisaría y así no tendría que subir hasta aquí en la moto, porque vive usted bastante apartada, Sra. Maruja.

  • Por supuesto, descuide. Bueno, le dejo que tengo que seguir con la faena. Hasta el mes que viene y recuerdos a su señora.

  • Gracias, adios.

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Bueno, mamá, ya puedes descansar. Hala, vamos a quitarte todo esto y de vuelta al arcón, que la ropa luego se congela y se estropea muy pronto.

He pensado que voy a bajarte un poco la temperatura, que se te está estropeando un poco la cara. Menos mal que el maquillaje hace milagros.

! Hasta el mes que viene, mamá!

AMNESIA

No puedo moverme. Ni siquiera pestañear.

Creo que me ha drogado.

Reconozco a un loco en cuanto lo veo. Su mirada...

Me está mirando fijamente. Ahora me ata con unas correas.

! Mierda ! Están demasiado apretadas.

! Eh, tú, pirado !, aflójame esto por lo menos.

! Nada !. Intento hablar, pero no me sale la voz.

Me duele la cabeza.

Me duele mucho la cabeza.

Ha debido de golpearme. Ahora me está metiendo en una furgoneta.

! Socorro !, ¿ nadie lo está viendo ?

Y encima conduce como un borracho.

No puedo recordar nada. ¿ Cómo empezó todo esto ?

! Dioses !, ! cómo me duele la cabeza !.


Tengo flashes. Recuerdo un accidente. En un coche deportivo. Un fórmula 1. Yo iba conduciendo, así que debo ser piloto. Creo que me empotré contra una pared y luego...NADA.


Ah!, parece que hemos llegado. Menos mal. Ya me estaba mareando con tantas curvas. A ver que quiere este payaso.

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! Vaya, Manolo, por fin has llegado !, date prisa, hombre, que tienes que cargar un lote de A-56-P.

- Pues a ver si estos son menos delicados, que desde que les poneis cerebro positrónico a los dummies no aguantan ni un choque.


- Se lo diré a los jefes porque no eres el único que se ha quejado.

- Bueno, me voy que hoy llevo un poco de retraso. Hasta mañana.


- Hasta mañana.